En 1177, cuando se funda #Teruel en tiempos de Alfonso II de #Aragón, las tropas aragonesas intentan la rendición de esta zona, ocupada, entonces, por #musulmanes. Esperando una señal para atacar el asentamiento, apareció un #toro salvaje que caminaba al borde de la montaña... Acompañado, eso sí, de una #estrella muy luminosa. Fue interpretado como un milagro, como una señal del cielo para atacar la ciudad... Y así fue. De ahí, probablemente, venga su nombre... #Toruel (#toro más #actuel, estrella en #árabe).
Tras el período de #Reconquista, muchos de los pobladores musulmanes permanecieron viviendo en el territorio ya conquistado por los #cristianos. Pasaron, entonces, a conocerse como #mudéjares. Ellos fueron los creadores de un estilo peculiar de #arquitectura que se desarrolló en los diferentes reinos de la España medieval: el #mudéjar.
Se trata de una #fusión entre el #románico y el #gótico occidentales con los elementos decorativos propios de la arquitectura musulmana. Visualmente embriagador, encaja en perfecta armonía en el contexto existente, dando lugar a construcciones únicas en la Península Ibérica. De una forma más que clarificadora, se demuestra la convivencia en equilibrio de ambas culturas durante siglos.
La ciudad de Teruel es un ejemplo de los más representativos que se pueden encontrar: el #arte mudéjar es tan sumamente especial que fue reconocido en 1986 por la UNESCO como #Patrimonio de la #Humanidad.
Estos días, y desde Asociación Cultural INVESCRIM, nos hemos movido un poquito por la zona, disfrutando de sus #misterios y #leyendas más emblemáticas.
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